martes, 24 de mayo de 2011

Parte I - Ni un euro menos, ni un céntimo menos

Con premeditación ("lo he meditado mucho"), nocturnidad (publicó su comunicado el domingo por la noche) y alevosía ("el tema fue hablado y consensuado con el Atleti el año pasado"), comunicó el Kun Agüero a su afición su decisión de abandonar el club de manera inminente. Por internet, sin rueda de prensa, y casi con las maletas hechas y camino del aeropuerto para largarse a la Copa América, sin tiempo a dar más explicaciones, y sobre todo, sin dar la cara ante una afición que le ha idolatrado como posiblemente ninguna otra lo hará.


Sólo tres semanas después de decir que se quedaría tres temporadas más ("me quedo hasta 2014"), tranquilizando a muchos que creían que así sería, dice Diego donde dijo digo (porque se lo diría Diego) y anuncia que es la hora de partir. Sólo un día después de ofrecer una exhibición al alcance de muy pocos, de casi ninguno, e ilusionar a una hinchada necesitada de, al menos eso, ilusiones, haciéndola creer una vez más que, mientras él estuviera en el equipo, todo podía ser posible, dice que quiere irse. Sólo 24 horas después de lucir con todos los honores el brazalete de capitán del Atlético de Madrid, informa que desde el año pasado los miles de representados por ese brazalete estaban engañados.

Es totalmente lícito que se vaya y quiera aspirar a algo que, a día de hoy, el Atleti parece muy lejos de conseguir. Es perfectamente entendible que quiera crecer deportivamente y eso en el Atleti no se ve factible. Después de ganar dos títulos el año pasado ve que del equipo titular campeón no queda nada, cuando lo contrario en cualquier club que se precie de querer ser grande es que a partir de ahí se hagan los refuerzos oportunos para ir a más. Con esas premisas, lo normal y lo cabal es irse. Lo que ya no es tan normal ni tan cabal son las formas. Se va, pero no dice dónde ("tengo opciones, varios clubes, pero no hay nada concreto. Me quiero ir, nada más"). De momento, ya dijo que "nunca jugaré en un equipo que empiece por R". Así que sabemos que no jugará en el Rayo, ni en el Racing de Ferrol. Ni siquiera en el Roquetas de Mar. ¿Y en otro equipo que empiece por R? No, en el Rosenborg tampoco, y eso que a veces juega la Champions. Y creo que ya no hay más... Bueno sí, hay otro, pero ya desde allí han dicho que "en este momento no contemplamos su fichaje". ¿Seguro? Seguro. Never, never, never. Me suena. Si fuera verdad que no quiere ir al equipo que empieza por R y que el equipo que empieza por R no quiere que vaya, en bandeja ha tenido la ocasión de quedar bien, más fácil imposible, diciendo que no va a ir al último sitio donde la su hasta ayer entregada afición quiere que vaya. Pero no dice que no. Seguramente, en unos días alguien dirá en el atril de marras que "ha nacido para jugar en esta casa".

Si te quieres ir, vete. Y si te quieres ir ahí, vete ahí. Pero eso de "le he pedido que escuche sin condicionamiento alguno las ofertas que puedan llegar de distintos clubes" no. De eso nada. Sí hay un condicionamiento: 45.000.000 € + 18.450.000 € de impuestos. Ni un euro menos. Ni un céntimo menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario